Política y porque me gustaría irme a la playa

Se avecina tormenta. Nubes negras asoman desde el Mediterráneo y periódicos azules me bombardean aconsejándome que cierre las ventanas.

Básicamente ese es el resumen de la situación política en España.

Nací en Murcia, una ciudad que ni sabe ni quiere saber sobre gobiernos o alteraciones cotidianas. Para que un cambio sea aceptado en la Región, antes debe ser aceptado en toda Castilla, pasar el control de calidad de la otra Castilla, y ya entonces se puede instaurar. Culturalmente damos algo de pena, y aunque tengamos nuestras cosas buenas y muy buenas, ahora solo me centrare en estos defectos generales político-culturales. Por suerte a temprana edad decidí viajar, nada mejor para aprender de política que escuchando de primera mano cómo se vive en cada ciudad. Créanme si digo que para hablar de Barcelona o el País Vasco antes hay que vivir allí unos cuantos meses como mínimo.

Curiosamente, todo el mundo hace suyo esto de “país de pandereta”  y la inmensa mayoría ni sabría en cuantas provincias está dividido Aragón. Creo que es importante saber que se cuece en tu propio país. Saber que la educación del País Vasco o Cataluña no es la misma que la de Castilla, que se estudian historias y formas diferentes, saber que la tortilla es arte en Bilbao, que Barcelona tiene los peores camareros, que en Valencia las mujeres esperan menos para el sexo, que en Andalucía hay mal café o que en Lugo tapear es otra dimensión maravillosa… creo que es muy importante que la gente sepa cómo está diseñado este país para engañarte, robarte y que pidas más.

No voy a explicar nada, a estas alturas ya se ha explicado mucho de cómo nos engañan y seguimos sentados (el Gran Wyoming es un gran portavoz a la hora de explicarlo) pero si voy a explicar, porque voy a votar a PODEMOS.

Si, lo sé, tanto royo para esto.

La cosa es que voy a votar a este partido, y no me cae especialmente bien. Es decir, algunas cosas me gustan como el ir “a saco” contra la desigualdad y otras cosas no me gustan como sus arranques infantiles. La formación de P.I. tiene unos comunicadores que no los tendría cerca en ningún bar porque la verborrea de “flipado” no la aguanto ni hasta arriba de vodka (casualmente, todos los que tienen gafas), sin embargo entiendo su discurso indignado, a veces demagógico sí, pero al menos es una voz del pueblo. Y seamos realistas, solo hay tres posibles vencedores en las elecciones, ni uno más ni uno menos. Sé que los ricos querrán lo de siempre, ahora que existe más desigualdad es cuando mejor están. No hay nada mejor para un rico que los pobres aumenten. Pero el pueblo llano, los que se supone que somos mayoría, deberíamos abrir las persianas y salir desnudos a la tormenta. Caerán rayos y el viento nos golpeará con violencia, pero da igual, da igual que no nos guste mojarnos o nos de miedo el ruido del trueno, da igual si luego pillamos un resfriado. Lo importante, es romper la política de este país que nos tiene aletargados.